En el año 1918, se lanzaron los primeros bolígrafos PILOT. En ese entonces, Japón se encontraba en el inicio de su apertura con la región occidental del mundo e importaba técnicas europeas.
Se estaban firmando acuerdos y contratos comerciales y los japoneses, cuya escritura no se ajustaba adecuadamente a las demandas comerciales, se vieron en la necesidad de simplificar las líneas de sus caracteres, y adoptar los estándares internacionales de caligrafía. Durante este tiempo, muchos fabricantes de bolígrafos se establecieron en Japón.
Ryosuke Namiki, ingeniero mecánico y profesor del Tokyo Merchant Marine College, quedó cautivado por el ingenio de estas plumas estilográficas, sus contemporáneos las llamaban “los pinceles de 10,000 años”, por su flujo de tinta ininterrumpido. Ryosuke Namiki, como buen observador, no dejaba de lado las imperfecciones que presentaban.
Usando sus habilidades en ingeniería industrial, creó un prototipo de alta calidad. Después de formar una sociedad con uno de sus colegas, Masao Wada, creó la Namiki Manufacturing Company, y comenzó a producir plumas estilográficas.
Como atributo a su otra pasión compartido, la pareja nombró la marca PILOT, en alusión al buque insignia de la flota.
En 1938, la empresa se convirtió en PILOT PEN Co Ltd, para en 1989, convertirse en PILOT CORPORATION, un nombre moderno que respalda las décadas de creatividad, innovación y diseño que han permitido a la marca PILOT posicionarse como líder mundial en tecnología de instrumentos de escritura.